Diferentes versiones de Zanzibar.



Febrero del 2015


Zanzíbar es una isla de Tanzania, en el Océano Índico, frente a la costa norte del país. Aquí hemos estado 3 semanas, descansando en la playa y sorprendiéndonos por lo que vimos a diario. Hay Zanzíbar para todos los gustos, así que os contamos algunas versiones de lo que te puedes encontrar si vienes por esta parte del mundo.



   Versión de los turistas italianos  

Llevamos viniendo a la isla africana por vacaciones, desde hace 20 años. Es perfecto, clima tropical durante nuestro invierno y sobretodo no necesitamos saber inglés ni swahili porque muchos locales hablan italiano. Y como los dueños de los hoteles son de nuestro país saben perfectamente lo que nos gusta, comida y actividades. Es como estar en casa.

Las playas de Zanzíbar, como Nungwi o Kiwenga, son principalmente, enclaves turísticos italianos desde hace muchos años. Lo mismo en la costa de Kenya, junto a Mombasa. Grandes resorts que llaman Clubs, instalaciones que ofrecen paquetes todo incluido.

¿Por qué tanto italiano? Nadie ha sabido contestarnos, cierto es que no preguntamos a los propios italianos. ¿Será lavado de dinero de la mafia, construyendo estos enormes hoteles?
Lo triste es que con todo el dinero que hacen ya podían pagar mejor al staff. Nos contaron que los salarios son malos; una limpiadora no gana ni 100 $ al mes.

  Versión de mujeres maduras italianas  

¿Racista yo? ¿Turismo sexual? ¿Miedo al sida? No, no, para nada.
Si voy a Zanzíbar es para conocer en profundidad las costumbres de los Masais, esa tribu de negritos guapos, tan exóticos, que  venden artesanías.
Y ya sabes, las italianas somos muy románticas, il amore! Paseando por la playa de la mano viendo el  atardecer, ay!

Pues sí, Masais es lo que menos esperábamos encontrar en las playas de Zanzíbar. Esta famosa tribu de pastores es de tierra adentro, de la zona del Kilimanjaro, entre Tanzania y Kenya. Supuestamente le tienen miedo al mar, asustados incluso de la travesía en ferry desde Dar Es Salaam (tan sólo unas dos o tres horas), pero “business is business” y han encontrado en Zanzíbar nuevo ganado que cuidar. Los Masais tienen libre entrada en todos los resorts, los dueños saben que este exotismo gusta a la clientela.
Entre contentar a las italianas y otras turistas, venta de artesanía y bailes en los resorts,  tienen una buena fuente de ingresos y les compensa el viaje y la travesía.

  Versión de turistas en tour por Tanzania  

¡Uaooo, una pasada África! Primero el safari de 3 días, por el Serengeti y el Ngorongoro, vimos todos los animales, el guía buenísimo. Al avión y aquí estamos en el paraíso tropical. Y como nos encantan los tours contratamos el de snorkeling, el del jardín de las especies, el de los monos en vías de extinción, el del atardecer con fiesta a bordo del velero y el nadar con delfines o con tortugas. Vamos, que con tanta actividad casi no nos ha quedado tiempo para relajarnos en la playa, pero hay que hacerlo todo aunque sólo tengamos 3 días, que para eso hemos venido tan lejos.

Con tanto tour organizado y tan poco tiempo libre, la mayoría de turistas ni se enteran que en Zanzibar hay población local, mayoritariamente musulmana, pescadores, vacas, que casi no quedan árboles ni palmeras y que la isla está llena de basura desde la puerta trasera de los hoteles. Tampoco se dan cuenta que las mareas son tan fuertes, que no hay muchas zonas aptas para bañarse a lo largo del litoral de Zanzibar, y se quedan con la imagen de las arenas blancas y el mar turquesa. 

  Versión de jóvenes voluntarios en África 

África es tan pobre que hemos venido unos meses de voluntariado a Tanzania para ayudar en proyectos de ONG`s. Es lo mejor que hemos hecho en la vida. Ver la cara de agradecimiento de la gente cuando les damos algo de comer y les regalamos ropa usada, compensa las incomodidades que pasamos. Antes de irnos a casa, aprovechamos para ir de safari y venir a Zanzíbar, descanso merecido. Otros voluntarios nos recomendaron un hotelito y algún restaurante local, que Zanzíbar está cara, y con lo que nos cobraron por venir a colaborar en la ONG ya no tenemos mucho dinero para gastar haciendo turismo.

Hemos visto muchos voluntarios jóvenes, europeos y americanos, también algún asiático, especialmente chicas de menos de 25 años, que se toman un descanso en Zanzíbar. Estos chicos son de los pocos que hemos visto viajando sin tours, hay poco turismo independiente por África.
Muchos jóvenes vienen a trabajar en proyectos como voluntarios, sin recibir un sueldo a cambio, y es usual que encima les toque pagar, hasta 30$ al día. Además necesitan un  visado especial de voluntarios.

  Versión de los “Beach Boys”  

Karibu Zanzibar, my friend, hakuna matata. Snorkeling tomorrow? Hakuna matata, maybe sunset cruise? Airport transfer? Hakuna matata. Hola hombre, hola hola coca-cola, akuna matata, todo “bene”.  Everything´s OK? Hakuna matata, “Maria” maybe? “Bella”! Hakuna matata.
 Si los turistas me dicen que no,  insistiré de nuevo porque a lo mejor han cambiado de opinión.
Y si alguno me da conversa le cuento que estos masais son “fake”(falsos), que se disfrazan para vender y gustar a los turistas. Nos han quitado el protagonismo en las playas.

Estos chicos de playa viven de las comisiones por vender tours, droga y todo lo que les pidas. Van con sus gafas de sol, camisetas y pantalonetas surferas, smart-phones, modernos, abiertos a todo. La mayoría son del “mainland”, de la Tanzania continental, en busca del dinero fácil de los turistas. En segundos pueden pasan de simpáticos a molestos por su insistencia o por el olor que emanan (los masais también), sobre todo tras los partidos de fútbol que juegan en la playa.

Aunque Zanzíbar es una isla donde casi todos son musulmanes, conviven dos mundos diferentes: el frente de la playa, con este ambiente cada vez más relajado y tolerante, con cuerpos en bikini; y las calles traseras de estas zonas turísticas o el interior de la isla, donde está la vida sencilla de la gente local y las mujeres van tapadas de pies a cabeza con sus coloridas telas y excepcionalmente con trajes negros.

Nota: “Hakuna Matata” significa “no hay problema” en swahili. En otras zonas de Tanzania, no escuchamos  a la población local decir estas palabras, ellos no utilizan esta expresión.

  Versión de los pescadores locales 

Aquí en Page vivíamos tranquilos, con nuestras granjas de algas y la pesca diaria,  pero desde hace pocos años ha aparecido toda esta gente, con sus cometas haciendo kite-surf. Por suerte, no salen a volar con marea baja, que es cuando trabajamos, así que no nos molestan tanto.
Cuando el mar se retira, cogemos algas, ostras y almejas, cerca de la playa, sobretodo las mujeres y juntos vamos  con barquitas hasta el arrecife por pulpos y pescados.

Así es Page, tiene la sencilla vida tropical de los pescadores, junto a los turistas y las cometas, en unas playas con arena increíblemente blanca y fina, mar turquesa, con una luz intensa, y cuando se retira la marea hasta el arrecife parece un salar.
¿Qué pensaran los locales al ver a los turistas, todo el día paseando, tomando el sol, gastando decenas de US$ en una habitación, kite-surf, submarinismo y actividades?

  Versión de los mercaderes Árabes de Zanzíbar Town  


Seguimos con nuestras tiendas y mercados, herencia de los antepasados árabes que desde hace siglos comerciaban con especies,  telas, joyas, y sobre todo el tráfico de esclavos. En Zanzíbar y en la costa de Kenya y Tanzania.
¿Ven las casas de varios pisos y las puertas de madera tan trabajadas? Es que hubo aquí mucho dinero, sobre todo cuando Zanzíbar fue capital del sultanato de Omán. Ahora algunas de estas casas están decrépitas, pero otras las hemos vendido para que hagan boutique-hoteles.
Bueno, los dejo que  me voy a la mezquita, Salam malekum!

Zanzíbar tiene un ambiente especial debido a toda esa herencia árabe y a la mezcla de culturas, africana, india y colonial. Pasear por las calles de Stone Town, la capital, es transportarse a una medina árabe, con sus callejones estrechos, los comerciantes, la vestimenta, el ambiente de barrio.

Antiguamente los árabes eran los dueños y señores, hasta que llegó el colonialismo británico, y acabado éste, hubo revueltas, la isla quiso ser independiente, pero finalmente, los políticos unieron Tanganika y Zanzíbar bajo el nombre de Tanzania.
Fue curioso desayunar con jeques árabes, bueno, con sus fotos. Es que cuando compras pan, te los envuelven en periódicos de Omán o los Emiratos. También la salsa de tomate, la leche y otros productos, vienen de estos países, cuando la costa de Tanzania está a una decena de km.

  Versión de los viajeros de largo recorrido por África y el mundo 

¿Esta es la famosa Zanzíbar? Baaah, nosotros que hemos viajado tanto por el mundo y visto playas espectaculares, pues no nos parece que es para tanto. Vale, no está mal, la arena es muy blanca y el color del mar es bonito. Pero, ¿y las mareas, las algas, las medusas, pocas palmeras, la basura? Vaya paraíso.
Menos mal somos campeones para conseguir donde comer y dormir barato, así es que nos quedamos más días de los previstos, descansando de las largas horas en bus y de  las anodinas ciudades africanas. Además, no gastamos casi, porque de momento es gratis respirar la brisa del mar, pasear por la playa, nadar y no hacer nada en  todo el día.

Conocimos varios viajeros que estábamos en las mismas, relajándonos después de varios meses o semanas de recorrido por África. Todos queríamos ver la famosa isla del Índico, fácilmente accesible desde Dar Es Salaam por ferry, aunque los extranjeros tenemos que pagar la tarifa VIP, que cuesta más del doble (20$/trayecto).

Pagamos entre 10 y 15 euros la noche por una habitación, tras negociar duro, en una isla donde los precios están desorbitados, en dólares, con tanto tour organizado y resorts internacionales. Para comer siempre están los puestos o restaurantes sencillos, regentados por una mama gorda, baratos (con precios en shillings, la moneda local de Tanzania). Es mejor no mirar las cocinas, con unas condiciones higiénicas que hicieron que nuestras barrigas, tan viajadas y resistentes, se resintieran algunos días. No pagamos taxi, nos movimos en  “dala-dala” (minibuses) que conectan por 1 euro la “town” y las playas en menos de 1h30.

Fue curioso que coincidimos un grupo de Latinos en Page. Un español que lleva 5 años de vuelta al mundo, un argentino que salió hace casi dos años, un peruano que pasaporte en mano salió hace años de su tierra para visitar el planeta…y nosotras. No callamos en varios días.

Y si pasas por Zanzíbar, “Hakuna Matata”, no dejes de contarnos tu propia versión.

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