Crónica del Yucatán.
SIGUIENDO RUTA POR LA PENINSULA DEL YUCATAN.
Tras un mes largo por el Caribe Mexicano, dejamos el estado
de Quintana Roo y recorrimos durante junio la parte occidental de la
Península del Yucatán. Nuestra amiga Chilena Ceci nos sigue acompañando. Se acabaron las
playas, el mar turquesa, los modernos
centros vacacionales. Comienza un viaje más cultural, étnico, colonial,
gastronómico. Vamos, que sentimos poco a poco lo que es México.
El primer contacto con el Estado de Yucatán fue en Valladolid.
Nos sorprendió su cuidado centro colonial, con calles comerciales de arregladas
casonas, plazas, pesadas iglesias y monasterios. No esperábamos ver tanta gente indígena por
estas tierras y la hay: las mujeres han conservado frescos vestidos blancos
bordados, encontramos personas que no hablaban ni una palabra de español, vimos
casas ovaladas de adobe y palma en los pueblos. Son tierras Mayas y su cultura
ha perdurado más allá de las ruinas arqueológicas.
En Valladolid disfrutamos de nuestros primeros cenotes, unas
cavidades subterráneas llenas de agua
dulce cristalina. Algunas tipo laguna, otras semi-abiertas tipo hoyo vertical
profundo, otras cueva. Ideales para lidiar con el intenso calor del Yucatán y
toda una experiencia: dicen que todos los cenotes están interconectados (hay
miles) y siempre encierran ciertas leyendas y misterios aunque ahora son cada
vez más turísticos. Pero basta ir donde no van los grandes grupos y además
ahorrarás! Así, de media, la entrada cuesta unos 30-40 Pesos, menos de 2€.
Valladolid queda tan sólo a 40 km de Chichen Itzá, las
ruinas mayas más visitadas: 2 millones de turistas al año! Llegamos al sitio arqueológico antes de que
abrieran a las 8:00 y pudimos disfrutar casi a solas de la famosa pirámide de
armoniosas proporciones y del juego de pelota gigantesco, las partes realmente
impactantes de la visita. Hay otros
templos y edificios reconstruidos pero las ruinas no son muy grandes.
Poco a
poco el sitio arqueológico se fue llenando de puestos de artesanías: “pirámides
a 10 pesos!”, sonidos de jaguares (los vendedores soplando unas flautas), un
desfile incesante de grandes grupos y guías: aplaudiendo para escuchar los efectos acústicos de la pirámide y el juego. Al salir habían cientos de buses de
turistas venidos en grupos organizados desde Cancún y la Riviera Maya. Turismo
masificado de masas!
Próxima parada Mérida, la capital de Yucatán, casi un millón
de habitantes, una importante ciudad universitaria y dicen de las más seguras
de México: al parecer muchas familias de narcos viven y estudian acá así es que
todo está controlado, nos dijeron nuestros couchs, José y Laura.
Un centro colonial compacto, agradable, con
varios museos gratuitos y sobre todo con una amplia agenda cultural.
Al ser fin
de semana, pudimos ver una representación del Pok Ta Pok, el juego de pelota
maya, había que pasar una pelota de hule por un aro usando piernas y brazos,
duro ejercicio! Y una proyección de luz y sonido sobre la catedral, estos shows
están muy de moda por todo México. Lo mejor: todo gratuito!
En Mérida fuimos a una “botanería”, enormes locales con
música en vivo en general y donde pides una cerveza por unos 40 pesos (2 €) e incluye
varios platillos de “botanas” (snacks, como las tapas españolas): ideal para
ver el ambiente mexicano. Hay que ver como beben y que pasión tienen por la comida. Así probamos tacos, mole (salsa de chocolate), cochinita pibil (el cerdo macerado del
Yucatán) y otros sabrosos antojitos, bastante picantes (los chiles Habaneros del Yucatán tiene fama de ser puro fuego!).
Seguimos disfrutando de los cenotes en la vecina Homún,
baratos y poco frecuentados, esta vez eligiendo los de tipo cueva. No puedes
irte de la península sin bañarte en al menos un cenote. Y mejor aún si hay
peces, se cuela la luz del sol con rayos mágicos y los disfrutas a solas.
Recomendados!
Atravesamos varios pueblos de Yucatán (muchos, eso nos pasa por
ir en el bus más barato de Mérida a Campeche), siempre tranquilos y cuidados,
llenos de mototaxis. Sorprende ver enormes
iglesias y monasterios en unas plazas centrales desproporcionadas para el
pequeño tamaño de la población. De vez en cuando queda alguna pirámide Maya en
un lado. ¿Qué no debieron encontrar los españoles por estas tierras?
Llegamos a Campeche, la capital de un pequeño y tranquilo
estado, sobre el caliente Golfo de México, en el extremo más suroccidental de
la Península de Yucatán.
Quedan restos de la muralla colonial, varias calles de
coloridas casas bajas y un malecón recién restaurado.
Tuvimos una experiencia
de couchsurfing diferente ya que nos quedamos con Dano en su gimnasio, en pleno
centro.
Para salir de Campeche y hacer los casi 400 km que nos
separaban de Palenque (México es inmenso), nos estrenamos viajando en los buses ADO, de primera
clase y directos. Dano nos explicó que
con la compra anticipada conseguías
descuentos de hasta un 50%. Y así fue!
Palenque queda en Chiapas, un territorio verde, justo al pié
de las montañas, mejor conectado con el Golfo de México.
Este
sitio arqueológico gusta a todos, rodeado de selva y poco visitado (lejos del
turismo masificado de las ruinas más cercanas al Caribe, el 99% de los
visitantes que nos acompañaron eran Mexicanos).
Pirámides y edificios a los que
se puede subir y disfrutar de las vistas, túneles, árboles enormes, cascadas,
además de las misteriosas tumbas. Increíbles piezas en el museo y la réplica de
un sarcófago real, para imaginar algo de tanta sabiduría y control de técnicas Mayas. Porque en las ruinas que vimos, no quedan a menudo más que piedras, desde
Copán-Honduras pasando por Tikal-Guatemala y lo que hemos visto en México. Unos
sitios arqueológicos que nos han gustado pero que no nos han impactado tanto. Muchos
enigmas y preguntas! Seguiremos explorando México!
Aprovechamos esos días en Palenque, para descansar y comer
sabroso en casa de nuestros couchs cocineros y acercarnos a unas bellas
cascadas por las montañas cercanas, entre comunidades Zapatistas, todo
tranquilo en estos meses. Chiapas pinta interesante y bonita, bien indígena,
volveremos a explorarla más adelante, no hay duda.
Acabando pues junio, dijimos adiós a Cecilia. Fueron 3
semanas juntas por estas tierras calientes. Seguimos ruta por el Golfo de
México, por Tabasco y Veracruz, pero eso será otro mes y otra historia. Continuará!
Os dejamos con el álbum de fotos de Yucatán y alrededores.
bellas foto y bellas tr0tamundos,disfrutem!!!
ResponderEliminarGenial la crónica, México increible!! Gracias por compartir
ResponderEliminarFelices de compartir con todos!
ResponderEliminarQUE BUENO AHORA EN EL MERO MÉXICO...UN ABRAZO VIAJERAS....DESDE NASCA.
ResponderEliminarhermosos lugares, y es que México es un país con muchas ciudades turísticas y sobre todo muy cultural y patrimonial, además que tienen unas costumbres bastante bonitas, y para poder quedarnos y pasar unas noches tranquilas hay unas cabañas muy bonitas, lo leí en este blog https://cabañasenyucatan.com
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