CRONICA PATAGONIA COSTERA- ARGENTINA

Febrero 2016

Tras recorrer por unos días la Carretera Austral de Chile, volvimos a Argentina para atravesar km de llanuras y tocar la costa del Atlántico. No veíamos el océano desde Bahia en noviembre!

Fue llegar a Santa Cruz, la provincia más al sur de la Argentina continental, y ver que es un territorio aparte, una especie de "lejano sur", tierra de oportunidades. Pozos de petróleo, minas (muchas nuevas, incluso de oro) y cientos de km de cercos de inmensas estancias aunque cada vez hay menos ovejas.

Nos encontramos con cortes en las carreteras, menos camiones y vehículos circulando, por problemas laborales, mucha política y corrupción en estas tierras australes. Santa Cruz es la provincia de los Kirchner, donde comenzaron su carrera a años de presidencia y ahora con Macri, el opuesto al mando, las cosas cambiaran.

Ciudades relativamente nuevas, separadas unos 200 o 300 km, muchas surgidas de campamentos mineros o petroleros o como bases militares. Dinero fácil, los salarios se pagan bien, coste de vida alto, prostitución, drogas y alcohol también según nos contaron. Así es también la Patagonia Argentina de hoy!
Pero cortes o no, la suerte nos sigue acompañando y seguimos nuestra ruta hacia el sur. Con cada vez más frío!

El re-encuentro con el Atlántico fue estupendo en Puerto San Julián gracias a Marcos. No sólo por la hospitalidad recibida sino también porque nos llevó a pasear en su camioneta por el circuito costero con sorpresas incluídas. Vimos pinguinos, focas, pájaros y toneladas de fósiles en unos acantilados. Que más sorpresas encerrarán estas tierras tan peladas por fuera. Sí, porque por encima sólo hay arbustos, guanacos, avestruces y ovejas. No es fácil resistir los vientos.

Salimos de Río Gallegos la ciudad más grande del sur con un día muy ventoso rumbo al cruce del Estrecho de Magallanes para alcanzar la Tierra de Fuego. Para cruzar los 5 km de Primera Angostura hay barcazas que van y vienen, 20 minutos de travesía. Pero, el servicio estuvo suspendido, justo el martes feriado de carnaval en Argentina que nos disponíamos a cruzar. Así es que estuvimos 9 horas encerradas en un coche hasta que atravesamos el mar a la 1 de la madrugada el viento movía el coche parado, casi ni se podía salir a mear!). Menos mal estábamos en compañía de María Rosa y de sus dos hijas, Cecilia y Laura, tan lindas, que nos "levantaron" (íbamos a dedo) en la frontera Argentina- Chile antes del estrecho. Las horas de espera fueron más cortas gracias a ellas.

Y es que Tierra de Fuego es la isla más grande austral y se divide entre Chile y Argentina y las tierras que bordean el Estrecho de Magallanes son Chilenas. Juego de intereses incluso en estas tierras de la Patagonia tan austral. Mira un mapa y verás que fronteras más raras!

Isla vacía de gentes (tan sólo hay 3 ciudades o pueblos grandes en Argentina y un par en Chile), por lo inóspita, pero rica en gas. Al atravesarla de madrugada y ver las llamas de los yacimientos de gas, entendimos el nombre que le pusieron de "tierra de fuego"!

Paramos en Río Grande, famoso por las truchas y por ser una de las ciudades más ventosas de Argentina (¿y del mundo?). Enormes mareas y muchos memoriales de la guerra de las Malvinas, islas cercanas, trágicas (y estratégicas) del Atlántico Sur. Pasamos varios días descansando y riendo, de bajada y subida en nuestra ruta, gracias a Telma! Como ella, mucha gente del norte de Argentina se ha venido a trabajar a esta ciudad de Tierra de Fuego, porque por increíble que parezca acá hay varias fábricas que ensamblan celulares, televisiones y demás, tan lejos de todo al igual que en Manaús. Decisiones políticas!

Así, tras recorrer más de 400 km de esta isla del sur, llegamos a Ushuaia. Vimos muchos cicloturístas. ¿Que sentirán al alcanzar este punto mítico en su ruta (algunos vienen desde Alaska!) o al salir de ella? Los 100 km al norte de la ciudad más austral del mundo deben de resultar eternos ya que de golpe tras infinitas planicies surge la cordillera, con inmensos lagos, lagunas, picos y glaciares. Realmente bello, el marco de Ushuaia, al borde del Canal de Beagle, aunque la ciudad, industrial y fea, sin planificación le quita magia.
Hasta acá llegaremos en este viaje. Cruzar el canal hacia Puerto Williams, pueblo chileno, es realmente caro (más de 100 € por un cruce de 50 km!) y no digamos tomar un crucero hasta alcanzar la Antártida, que ronda los 5.000 €! Pero vimos el barco, de compañía noruega y turistas listos para embarcar.
Nos quisimos ir al km final del "fin del mundo", nos quedamos sin ir al parque vecino a la ciudad, donde van todos los tours, tren de vapor, pasarelas, castoreras, y preferimos ir a caminar por los bellos valles cercanos y acercarnos a la Laguna Esmeralda.


Como siempre, mucha suerte en esta etapa con toda la gente que nos ofreció hospitalidad: Ezequiel, Marcos, Eder, Telma, Oscar&Carolina. Y a la gente que hizo posible que avanzaramos km, miles de km de nuevo.

Y ya subiendo para el norte, esperamos que los vientos se calmaran (aunque fue momentáneo). De momento, mucho frío, se nota que los glaciares están cerca.

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